En una siniestra noche de difuntos un fugitivo con unas pesadas cadenas, camina por el bosque...de repente escucha un ruido espeluznante y ve una sombra. El fugitivo siente un escalofrío por todo el cuerpo...después de andar horas, horas y horas, dado que las marcas de las cadenas eran recientes se da cuenta de que estaba andando todo el tiempo en círculos...por precaución decide ir de frente pero salir del bosque.
Es muy difícil. Al ver una casa abandonada decide entrar para estar más seguro pero...no se da cuenta de que era más peligroso porque...en esa casa acechaba un fantasma con muy malas pulgas.
Exploró la casa y encontró un hacha con la que él se quito las cadenas. De repente escucha un grito espeluznante. Con el paso de las horas tiene cada vez más miedo.Y, con el miedo que tenia no podía pensar más que en lobos y fantasmas. A media noche decide esconderse en una de las habitaciones.
No se da cuenta del peligro hasta que ve
una sombra encadenada ¡era el fantasma! rápido como un rayo se refugiaba en
otra habitación cerrando bien las puertas y las ventanas pero no se da cuenta
de que el fantasma era capaz de atravesar paredes...el fantasma estaba ¡¡MUY
FURIOSO!!
Faltaban unos minutos para que dieran las
doce y media, el fantasma con lo furioso que estaba decidió apagar las luces de
toda la casa para poder capturarle más fácilmente...el fugitivo ve algo que le
atrae como si estuviera sonámbulo, era...el espejo encantado; con ese espejo el
fantasma atrapaba a todo el mundo que se atreviera a entrar en su casa.
El fugitivo mira fijamente al espejo
y...desaparece.
!!!Se lo había llevado el
fantasma¡¡¡
Al día siguiente todo vuelve a la
normalidad pero...el fugitivo nunca volvió a aparecer de nuevo.
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